La obra de Menchu Gutiérrez, y este poemario en concreto, no puede franquearse prescindiendo del concepto de coincidentia oppositorum, cifrado en esa serpiente que resuelve la dualidad mordiéndose la cola para retornar al círculo del que todos partimos. […] Ni el yo narrativo ni el poético le temen a la soledad o al humo que puede enredar la mirada pero que propicia la videncia y los sueños (la senda poética), y ninguno de los dos se adentra en lo fenoménico desde la adaptación, sino desde el abrazo incondicional a su propia diferencia.
ESTHER RAMÓN
Valoraciones
No hay valoraciones aún.