“La poesía que intento / es conciencia y destello”, nos dice el poeta. Conciencia de ser o intentar ser. Destello del hallazgo de la luz que irradia, del amor que nos ofrece. Ante un mundo que se fagocita a sí mismo, él florece secretamente para darnos luego su fruto entre besos y abrazos. Cuando tienes el placer de ser amigo de Felipe, te sientes querido, arropado y mimado por su ternura infinita, sus caricias aunque sean lejanas en forma de palabras que se van uniendo como sus ramas dibujadas y van creando un sortilegio de redes hasta llegar a nuestro corazón.
Guillermo Martín Bermejo