El libro que nunca quiso escribir es siempre el libro que deberíamos escribir, uno es empujado a escribirlo, es interpelado por las sombras para que lo haga, no puede renunciar al ejercicio de salvarse, a la misión de revelarse contra sí mismo mientras las palabras quieren ser heridas mientras herimos con ellas, una cesura de vida, una línea de admonición.
Miguel Ángel Curiel